Carta de una vecina a NORMA IÑIGUEZ en 1997

Como esta, Sra. NORMA?
Buen día, doña NORMA;
Hola, tía NORMA!...
Distintas Formas de aludo para unimisma persona. ¡La señora NORMA de IÑIGUEZ!.
Su distinguida figura recorre los muchos pasillos del Barrio Los Pinos. ¡Su Barrio, nuestro Barrio! Cobrando expensas, solicitando colaboración, organizando eventos como los del Día del Niño y el Pesebre Viviente, e invitando personalmente departamento por departamento. Esta continuamente ocupada, pero también tiene tiempo para el Club de Abuelos, las clases de teatro, su trabajo de tarjetería y tal vez otras actividades.
Siempre elegante, dentro de su casa o fuera, con ese rostro delicadamente maquillado que logra disimular – en parte – la vida anterior a su llegada al Barrio con su hija “Corita” ya que, muchos de nosotros, solo las vimos a las dos, siempre juntas, abrazadas, mimándose y confiándose cosas.
Ese inmenso rodete matizado con hebras plateadas – que le dan personalidad -, la dulzura de su mirada y esa gran sonrisa que diariamente ofrece, con esas frases tan suyas: “¿Cómo estas, mi amor”? que cuando le dice a los niños, con una caricia, seguro que esta pensando en sus nietitos que los tiene tan lejos en cuanto a la distancia, pero tan cerca en el corazón.
El destino – adverso a veces – quiso que su única hija vaya a vivir al Sur con su familia. A veces pasa una temporadita con ellos y otras, se queda en su querido Barrio. Y es ahí cuando nos regala con su presencia, sus idas y venidas, su sonrisa permanente.
Señora NORMA!, por lo general se estila honrar en forma póstuma a una persona, pero Ud. es tan importante para nosotros, - y me atrevo a decir que también estoy hablando por muchos del Barrio – y tan querible, que deseo honrarla en vida, expresándole esto, que bien se merece.
Para nosotros, Usted es la tía, la hermana, o – para quienes la tenemos lejos –la Madre.
¡La queremos mucho, Sra. NORMA!
¡QUE DIOS LA BENDIGA!

24 – 12 - 97
A.M.O.